martes, 18 de septiembre de 2012
Reloj de Ferrari
RELOJ DE MUJER FERRARI TODO HECHO DE TITANIO:MUJER
MARCA: Ferrari
MATERIAL: Todo hecho de titanio con acabado cepillado.
MARCA: Ferrari
MATERIAL: Todo hecho de titanio con acabado cepillado.
Las agujas e indicadores brillan en la oscuridad.
Resistente al agua a 30 m.
ANCHO DEL CASE: 2 cm.
MAQUINA: suiza de 3 agujas.
Un poco de historia...
Los relojes han jugado un papel importante en la historia de Ferrari y en la vida de su fundador Enzo Ferrari.
Conozcamos la otra pasión de Enzo a través de los ojos del historiador de Ferrari y presidente del Ferrari Club de Italia, Sergio Cassano.Era conocido que Enzo Ferrari recibió su primer reloj en su confirmación, en aquel entonces un regalo habitual para este tipo de celebraciones. Era de plata y se lo regaló su padrino, Anselmo Chiarli. Más adelante, su mujer, Laura, le demostraría su propio cariño con un reloj de oro. Esto era en los años 30 del siglo XX y Ferrari, que ya se estaba convirtiendo en una gran estrella del mundo automovilístico, estaba encantado con llevar esa muestra de amor a la que, sin embargo, no le fue fiel (me refiero al reloj, por supuesto).
A veces la cambiaba por un Rolex Ovetto, que aparecía en la muñeca de Ferrari como sustitución temporal del reloj de su consorte, alternando ambos siguiendo un patrón que sigue siendo un misterio. ¿Casualidad? Creo que no. Conociendo la sutileza mordaz de los mensajes subliminales de Ferrari, es posible que alternar estos dos relojes estuviera vinculado con algo más. ¿Quién sabe? Sin embargo, no había duda sobre el reloj que llevaba en las grandes ocasiones. Posiblemente, era el mejor que había recibid o nunca. Era de oro rosa y se lo había dado Pirelli, el fabricante de neumáticos, en los años 50. Era un Breitling. Más adelante tendremos más información sobre esto... Para cerrar esta breve historia de los relojes de Ferrari, tenemos que dar un salto hacia los últimos días de su vida. El 4 junio 1988, el Papa Juan Pablo II dedicó un día entero a visitar la fábrica de Ferrari, a sus empleados y a su fundador. Fue un día muy famoso en la historia de Ferrari... Estando seriamente enfermo, el Presidente no recibió a su ilustre invitado en Fiorano, sino que habló con él por teléfono desde la cama de su casa de Módena. Y sobre la mesilla de noche de Ferrari descansaba uno de los dos relojes de oro que Cartier había hecho, dos piezas únicas, para la ocasión. De hecho, ambos relojes tenían la fecha impresa en ellos para marcar ese día histórico.
Una de las costumbres de este gran comunicador era regalar relojes. Eran objetos preciosos para regalar sólo en ocasiones muy especiales y a personas a las que se tiene gran estima: conductores y empleados que se habían distinguido particularmente. Por tanto, eran excepcionales y una señal de reconocimiento personal. Como toda la atención de Ferrari estaba centrada en los circuitos en aquel momento y debido al modesto poder de compra de la empresa, la calidad de los regalos a menudo era baja y éstos se hacían con poca frecuencia (debido a su generosidad, célebremente limitada). Esto comenzó durante el periodo previo a la guerra y Ferrari no modificó sus costumbres, encargando sólo seis relojes (como máximo) a la vez. Desde los años 50, Ferrari compraba casi en exclusiva al joyero boloñés Gerardo Veronesi, el mismo joyero que realizó su regalo más hermoso: el caballo de diamantes con un ojo de rubí, del que se hicieron una docena para dárselos a mujeres distinguidas.
Fue por esta época cuando los relojes que Ferrari regalaba empezaron a ser de oro. Eligió la marca Super Royal, estimada pero no excesivamente cara, y elaboró un contrato especial para estampar en el reloj el famoso caballo rampante, algo que hizo su joyero en vez del fabricante de relojes en agosto de 1951. Ferrari recibió su reloj más preciado, un Breitling, que más tarde regaló a uno de los conductores de carreras líderes de aquel tiempo, Gigi Villoresi, en un ataque de generosidad. Era un cronógrafo de oro rosa, modelo 1190, serie 79748, que llevaba la marca del maestro relojero (nº 353) y tenía un calibre Venus 188 de 14’’.
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